XXVII

XXVII

30 de noviembre de 2010

El acontecimiento del mes

La muerte de papá en uno de sus paseos por el campo se había convertido en el acontecimiento del mes. Desde hacia una semana no se hablaba de otra cosa en todo el pueblo. Y es que para todos ha sido impactante encontrarse a uno de los hombres mas queridos y respetables muerto de aquella manera tan terrible. Las banderas de la Plaza Central ondan hoy a media asta, la iglesia ha situado junto al altar una foto de papá de unos 75X50 cm, el bar que frecuentaba esta cerrado de forma indefinida, y en toda la región reina el pesimismo, pero también el miedo y la rabia, pues papá fue encontrado degollado, y el asesino, habia arrancado sus manos para introducirle una en la boca, mientras que la otra había desaparecido. Desde entonces, la policía y el detective especial para el caso no había conseguido pista alguna de la mano amputada desaparecida, y mucho menos, pistas de quien pudiera haber cometido un crimen tan terrible, a la última persona que se pensaría que sería asesinada, y que menos lo merecia

Abosulatemente nadie lo comprendía, porque alguien podría haber hecho algo tan terrible y menos a papá, no tenia enemigos, todo lo contrario, en el pueblo era conocido por todos por su incansable bondad, ayudaba siempre a quien se lo pidiera sin pedir nada a cambio, organizaba grandes cenas donde invitaba a multitud de personajes de toda la región, era más que generoso cuando en la Iglesia se pasaba la colecta, y al salir de ella, siempre dialogaba con algún mendigo para al final darle un buen aguinaldo, colaboraba en todas las actividades programadas por el ayuntamiento y siempre estaba de buen humor y con una sonrisa en los labios. La única vez que algo le hacia enfadar era cuando en alguna comida familiar, yo o alguna de mis dos hermanas (ninguno mayores de edad aún) hablabamos con boca llena. - La comida es para comer ! Cierra la boca ! Exclamaba para sorpresa de todos, era su única mania, pero pronto se calmaba y volvia la sonrisa a su cara. Salvo esos escasos momentos, su comportamiento se asemejaba al de un santo, entregado a su trabajo, y a mamá, desde hacia casi 40 años. Los empleados de la fábrica que él dirigia le tenían como a un Dios, pues papá les hacia trabajar poco, les pagaba bien y les daba no pocas vacaciones. A mi, siempre me ayudaba con los deberes de matemáticas y me hacia multitud de regalos, de los que especialmente me gustó el último que me dió antes de ser asesinado. Y a mis dos hermanas pequeñas, siempre las contaba cuentos a la hora de dormir, y las cubría de regalos el dia de sus respectivos cumpleaños. Y a mamá nunca le faltaba de nada. Tenía apadrinado a un niño del tercer mundo desde que nació mi hermana pequeña, del que lucía orgulloso fotografías en el salón.
En definitiva, un ejemplo para todos.

Mi familia estaba destrozada, mi madre incluso necesitó ayuda médica cuando se enteró de los sucedido, y en los días posteriores mi tia, la hermana de papá, se mudó a casa para atenderla y ayudarla con las tareas de casa y con nosotros. Era inexplicable como la persona mas querida del pueblo había tenido una muerte tan terrible, y que no hubiera ninguna pista acerca de lo sucedido.

Pero yo ya no podía más con tanta perfección, con tantas ganas de ayudar que me hacian sentir siempre tan inferior a él, por eso le acompañe una tarde a pasear, por eso ahora tengo su mano escondida, por eso le maté. - La comida es para comer, cierra la boca papá

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